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viernes, 3 de septiembre de 2010

ALIMENTACION EN LA MENOPAUSIA

Los vegetales, prioritarios


Los alimentos ricos en hidratos de carbono complejos (cereales y derivados como el arroz, la pasta, el pan y los cereales, legumbres y patatas) deben constituir la base de la alimentación en una cantidad modesta.

Las frutas y las verduras se han de contemplar en el menú diario. Los vegetales crudos son más abundantes en vitaminas, minerales y fibra, lo que contribuye a mantener un buen estado nutritivo.

La calidad de la grasa

Cuidar la calidad de la grasa es tan importante como considerar la cantidad. Para ello, se ha de reducir la grasa de origen animal (grasa saturada) por su capacidad de aumentar los niveles de colesterol en sangre y, consecuentemente, de favorecer el desarrollo de arteriosclerosis. La grasa saturada abunda en: embutidos, bacon, manteca, mantequilla, nata, leche entera, productos lácteos elaborados con leche entera, productos de pastelería, galletería y bollería.

Como contrapartida, se potenciará el consumo semanal de pescado azul por su riqueza en OMEGA 3. El aceite de oliva (de preferencia); y los aceites de semillas y los frutos secos son alimentos  ricos en grasa insaturada, con cualidades para reducir los niveles de colesterol plasmático.

Respecto a los dulces también conviene ser prudente. Se recomienda reducir su consumo habitual por su riqueza en azúcares simples y calorías, siendo estricto si existe obesidad o diabetes.

El calcio, fundamental

Resulta fundamental el papel del calcio en la prevención de la osteoporosis postmenopáusica. Por esta razón, es recomendable tomar tres raciones de leche o derivados, fuente de calcio por excelencia, con objeto de conservar la masa ósea.

La vitamina D ayuda a fijar el calcio en los huesos y se encuentra en alimentos como los pescados azues, huevos y lácteos.

La hidratación

Cualquier persona para mantener una hidratación apropiada requiere el aporte de al menos un litro y medio de líquido, y a esta cantidad se suma el agua que proporcionan los alimentos que ingiere. Las alternativas son múltiples y van desde el agua de bebida hasta infusiones, caldos de verduras, zumos de frutas naturales, etc.

Planificar la comida diaria

Hacer comidas irregulares y dejar pasar demasiado tiempo entre ellas produce hipoglucemia que podría ser la causa de los sofocos. Por tanto, distribuir la alimentación total diaria en 4 o 5 comidas más ligeras es una buena medida

Celia

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