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viernes, 3 de septiembre de 2010

ALIMENTOS DE TEMPORADA

Son más saludables, más ecológicos y más baratos. Además, saben mucho mejor y huelen a gloria, algo que ya casi hemos olvidado.

Hasta hace no mucho los menús de nuestras casas se componían de alimentos de temporada, cada uno en su estación: primavera, verano, otoño e invierno. Todos asociábamos las naranjas al invierno y los melones y sandías al verano.

Pero hoy en día ya no tenemos que esperar al frío para comprar cítricos, por ejemplo, porque gracias al cultivo en invernaderos podemos disponer de frutas y verduras durante todo el año, aunque el precio que paguemos sea perder gran parte de sus cualidades nutricionales o dejar de comerlos con todo su sabor, olor y textura.

Y es que los avances tecnológicos en el sector de la alimentación nos permiten disfrutar de una amplia variedad de productos en cualquier época. La acuicultura, o cría de pescado en cautividad, llena los mostradores de las pescaderías de especies que hace unos años sólo estaban disponibles durante unos pocos meses.

Si el tomate ya no sabe a tomate o el melocotón no huele como olía es debido en gran parte a que son recogidos antes de tiempo, ya que el grado de madurez influye en la cantidad de azúcares y en buena parte de su contenido vitamínico y mineral. Las frutas y verduras, como son alimentos fácilmente perecederos, deberían consumirse en el momento idóneo; pero muchas veces no es posible porque muchos de estos productos sólo maduran en el árbol.

Es el caso de la pera que es difícil de comer en su momento preciso. Las de agua están maduras si cerca del tallo lo están; si están blandas por la parte gruesa y central, están pasadas o han sido congeladas y no están buenas. Las peras se suelen recoger antes de que maduren y se guardan a temperaturas muy frescas (1 grado bajo cero). Antes de su consumo se ponen a temperatura ambiente y se dejan madurar plenamente.

Patricia

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