REGRESO A LA COCINA TRADICIONAL
El movimiento slow food, que comenzó hace 25 años, surge como respuesta a la cultura del fast food (comida rápida) y la fast life (vida rápida).
El menú, en cadenas de comidas rápidas, es económico y produce saciedad inmediata, pero contienen aditivos, entre ellos conservantes para potenciar el sabor, que con el tiempo, alteran la percepción del sentido del gusto y crean hábito, además de contener gran cantidad de grasa saturada, y escasa cantidad de fibra, vitaminas y minerales.
Entre los principales objetivos de la organización slow food está el fomentar el consumo de los productos regionales, las comidas tradicionales, la defensa por la diversidad de los cultivos y las materias primas.
Otro de los objetivos de este movimiento es concienciar sobre el origen de los alimentos, las consecuencias en la salud de nuestras elecciones alimentarias, y combatir la falta de interés general por la nutrición.
Se promueve el disfrute comenzando por el placer de compartir una comida, relajarse y descubrir sabores y aromas naturales de la cocina local, sin aditivos ni residuos químicos, con preparaciones sanas, alimentos de temporada y sustituir alimentos refinados, así la calidad nutritiva es mas alta y pueden prevenir enfermedades como diabetes, obesidad y enfermedades cardiacas entre otras.
Según expertos se ve una creciente tendencia a comprar alimentos de estación, locales, frescos y naturales así como buscar información sobre la procedencia de los alimentos.
COMER FUERA
Los restaurantes rurales suelen ofrecen comidas típicas de la zona, con preparación sencilla y alimentos sanos. También se recomiendan ferias y mercadillos.
En Barcelona, podemos degustar la cocina tradicional catalana, en el restaurante Mam i teca perteneciente a la red Km. 0 del movimiento slow food, en el barrio del Raval.
Enlaces de interés: www.slowfood.com
Natalia
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