¿CUÁLES SON LAS FUNCIONES DE ESTE DUETO? ¿CÓMO INTERFIEREN EN EL METABOLISMO DE LAS GRASAS?
Un mal funcionamiento de estas antagónicas hormonas secretadas por el páncreas cuya función principal es regular los niveles de glucosa en sangre puede causar enfermedades tan comunes como la diabetes o la obesidad.
La glucosa es el combustible por excelencia del metabolismo y debe tener unos niveles constantes en sangre ya que provee a todas las células del organismo de energía. Niveles altos de glucosa (hiperglucemia) implica la secreción de insulina cuya función es recargar los depósitos de reserva de glucógeno, músculos e hígado, y en el caso de que éstos estén llenos, transforma el glucógeno en grasa subcutánea. Por otro lado, niveles bajos de glucosa (hipoglucemia) en sangre obligan al páncreas a secretar glucagón para romper las moléculas de grasa subcutánea y transformarse en glucógeno.
Lo malo es que la hiperglucemia afecta al cuerpo a largo plazo debido al desarrollo de problemas en las arterias, tanto en las grandes (como las coronarias) como en las pequeñas (como las de los riñones, la retina o los pies.
Al igual que la glucosa se obtiene a través de la ingestas de hidratos de carbono, el glucagón se sintetiza a través de las proteínas, por eso es tan importante mantener una dieta equilibrada ya que por un lado mantendremos los niveles de glucosa en sangre constante, y por otro, tendremos una capacidad de respuesta del organismo ante posibles bajadas o subidas de glucosa en sangre.
Cuando el páncreas deja de realizar estas funciones adecuadamente aparecen enfermedades como la diabetes o bien cuando no mantenemos una dieta equilibrada aparece la obesidad y todas las demás enfermedades que se derivan.
Por tanto, es muy importante regular la ingesta de hidratos de carbono y de proteínas según las necesidades de cada persona.
Elena
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